24 de septiembre de 2012

El Porqué de la Fruta


La fruta consumida cruda y entera resulta ser la comida más idónea para los seres humanos. Aparte del sabor exquisito y la consistencia jugosa de la mayoría de las frutas, éstas contienen nutrientes de alto valor biológico que se pueden absorber por el sistema digestivo casi en su totalidad. La gran mayoría de las frutas tienen pocas calorías, pero proporcionan energía pura al cuerpo con su alto contenido en minerales, enzimas activas, aminoácidos y vitaminas. Además los azúcares que contienen - glucosa y fructosa - son de los así llamados ¨azucares simples¨, que entre otras cosas significa que se pueden procesar y transformar en energía para nuestras células de la manera más fácil y eficiente para el cuerpo.


Además de la celulosa y las ceras naturales, las frutas suelen tener un alto contenido de fibras pécticas – es el tipo de fibras que el sistema digestivo puede procesar. El resto de fibra alimentaria, que nos recomiendan a diario los nutricionistas y los anuncios, en realidad no proporciona nutrientes al cuerpo, sino sirve para estimular el trabajo de los intestinos. Es por eso que la fruta resulta tan adecuada para hacer el ayuno suave sin necesidad de hospitalización, ya que las fibras pécticas y los nutrientes esenciales ayudan a mantener activo el sistema digestivo, mientras la celulosa trabaja para evacuar las toxinas fuera de nuestro cuerpo de la manera más natural.
Es bueno saber que las frutas pasan por el estómago con gran celeridad, sobre todo cuando se consumen solas, es decir sin mezclarlas con otras frutas u otro tipo de comida (leche, cereales, carnes, etc.) De hecho uno de los mayores errores que suele cometer la gente es comer fruta fresca de postre. Lo que pasa en estos casos es que en un estómago lleno de varios tipos de comidas en proceso de descomposición, se añade al final un zumo de fruta que al no poder ser digerido al momento, empieza a fermentar y producir gases, acidez, etc. Al ser la fruta tan ligera de digerir, siempre hay que procurar consumirla sola y antes de la ingesta de cualquier otro alimento. Lo ideal es tomar a diario un desayuno o un almuerzo de fruta, aunque si hemos comido ligero y sentimos que el estómago está suficientemente vacío, podemos también tomar fruta en la merienda.

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